jueves, enero 10, 2008

No estoy de acuerdo, señor Wyoming

Leía anoche en el blog en el que escribe el Gran Wyoming que este caballero estaba a favor del canon digital. Aducía como argumento que las descargas a través de Internet suponen un negocio millonario en el que “todos” trincan (ISPs, productores de CD y DVD, productores de medios de reproducción, etc…) y que los autores también tenían derecho a trincar.

Y creo que no hay modo mejor de definir la situación, no sé si era su intención o si en el fondo todo el artículo era fina ironía que fui incapaz de captar en el momento; en este país es muy típico lo de trincar, todos quieren trincar siempre; maldito si nos importa el hecho de que el pan y la leche hayan subido un 40% en tres meses, o que las familias españolas estén tan endeudadas que en breve vayamos a tener que pedir hipotecas para comprar los libros de la escuela de nuestros hijos; el caso es trincar, al fin y al cabo las cosas no pueden estar tan mal porque nuestra economía juega champions que lo dice Zetapé.

Pues yo no estoy de acuerdo con usted, señor Wyoming. No opino que sea justo que cualquiera pueda trincar en este negocio; fíjese que se les llena a muchos la boca con las palabras “descargas ilegales” cuando en este país las descargas a través de Internet sin ánimo de lucro no son ilegales; si hubiese algo de malo, o si a alguien le interesase penalizarlas, hace tiempo que se habrían hecho leyes para ello. Pero usted lo ha descrito perfectamente; las descargas son un negocio, para mucha gente y no interesa a nadie que se ilegalicen, el canon en sí no es más que el estilo clásico de expolio en este país: hacer que pague Juan Pueblo.

No parece importarle que la práctica del canon sea abiertamente inconstitucional (como no le ha importado al gobierno ni a los jueces), ni el hecho de que esté fundamentado sobre una suposición. Aduce que seguramente habrá otros métodos, pero no hace referencia a ellos porque el actual le parece indiscutiblemente válido. Lo curioso es que cuando alguien presenta alternativas válidas y más que probadamente eficaces, la compañía de gestión de los derechos de los “autores” (que me permito la duda de que estén gestionando como dios manda dichos derechos, alguien debería pedirles transparencia de cuentas como se hace últimamente a la casa real) a la que está defendiendo se encargó de silenciarles con métodos más propios de un sindicato del crimen que de una institución plenamente legal.

A día de hoy se ha demostrado más que de sobra la viabilidad de otros sistemas para recompensar a los autores, basta con comprobar cómo Radiohead se ha convertido en número uno de ventas con un disco que vende por internet a cambio de "la voluntad". Y es que la gente no piratea para joder a los autores, sería estúpido hacer algo así, la gente piratea porque todo está muy caro. El señor Wyoming comentaba que cuando era jóven tenía que ahorrar varios meses para poder comprarse un disco, pero seguro que en aquel entonces también contaba con amigos y compañeros con los que se cruzaba discos originales, discos que sin lugar a dudas grababa en cintas, aumentando su modesta discografía y colaborando a enriquecer también el universo musical de sus camaradas, esta idea es el germen de una red P2P, lo único que ha hecho la tecnología es globalizar y magnificar... ¿más pérdidas para el sector? si eso fuese así las multinacionales habrían quebrado ya hace tiempo y no llevarían aumentando su volumen de negocio año tras año, nunca crean en una crisis cuando quien se la narra conduce un BMW. Quién sabe si ese Pequeño Wyoming de hace algunos años habría sido un contumaz pirata de haber tenido la posibilidad.

El canon digital es un expolio a los consumidores, otro de tantos que hemos encajado en los últimos meses con absurdo estupor. En un país como España, acostumbrado al deporte del trinque y en el que la sociedad se ha aborregado y aburguesado hasta límites insospechados, este tipo de cosas no sorprenden pero sí que joden un huevo.